La FIA ha introducido nuevas regulaciones que harán que los coches sean más ligeros y 100mm más estrechos. A pesar de este objetivo de reducir el peso, la prominencia de los componentes eléctricos en el motor podría plantear desafíos. Los nuevos sistemas de propulsión tendrán un equilibrio 50/50 entre el motor de combustión interna y los componentes eléctricos, con un aumento de 120kW en la salida de la batería.
Fernando Alonso ha expresado escepticismo sobre alcanzar el objetivo de reducción de peso. Explicó que, con el 50% de la unidad de potencia siendo eléctrica, las baterías necesarias probablemente añadirán 20-30 kilos, lo que dificultará lograr una reducción neta de 30 kilos. Para cumplir con el nuevo objetivo, los equipos tendrían que reducir 60 kilos del peso actual del coche, lo que parece poco realista dentro del plazo dado. Sin embargo, Alonso reconoció la ingeniosidad dentro de los equipos de F1, sugiriendo que lo que parece imposible en 2024 podría convertirse en realidad para 2026.
Alonso es más optimista sobre la introducción del Modo Manual de Anulación, que reemplazará el Sistema de Reducción de Arrastre (DRS). Este modo permitirá que un piloto que persigue a otro coche use toda la potencia de 350kW del MGU-K hasta 337kph, sin que el coche líder pueda responder. Lo comparó con el uso previo del KERS, que creaba oportunidades estratégicas de adelantamiento al permitir a los pilotos elegir dónde usar su impulso de potencia.
Alonso, que es el piloto más veterano en la parrilla de F1 con 42 años, también pidió más libertad en el diseño de los coches y en la estrategia de carrera, recordando las regulaciones anteriores de la F1. Sugirió que una mayor flexibilidad en las reglas conduciría a una competencia más variada y emocionante, ya que los equipos podrían aprovechar diferentes estrategias y configuraciones adaptadas a circuitos específicos, similar a la variabilidad vista con los diferentes fabricantes de neumáticos en el pasado.